ALEJANDRA VEGLIO

Clara Lopez Verrilli

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Crónica / De orilla a orilla

12SAR2016 -12 semana del arte Rosario-. Intervención de Alejandra Veglio en el Centro de Expresiones Contemporáneas de Rosario.   

Yo no lo sabía pero la altura del mar depende de las fases lunares. Por día lunar se producen, normalmente, dos mareas altas y dos mareas bajas y un día lunar dura 24 horas, 50 minutos y 28 segundos. Ese es el tiempo que tarda la Luna en volver a estar en una determinada posición respecto de la Tierra y ese fue el tiempo que tardó el traslado de nueve piedras de la playa Punta Negra de Necochea hasta Rosario.

Sudestada es una intervención de Alejandra Veglio en el espacio exterior del Centro de Expresiones Contemporáneas de Rosario. Una migración de intemperie a intemperie en la que la artista traslada y relocaliza rocas de las costas del Mar Argentino hasta las costas del río Paraná. Afuera, las piedras están apiladas de a una, de a dos o de a tres sobre pallets de madera. Adentro, un video muestra cómo fueron cargadas y descargadas.

Una cartografía de la artista incluiría, por lo menos, tres puntos en el mapa del territorio argentino. Ella nació en Camilo Aldao, una localidad del departamento de Marcos Juárez en el sureste de la provincia de Córdoba, estudió Artes visuales en Rosario, y en 1992 emigró a la ciudad de Necochea, donde vive, produce y gestiona en espacios de arte. Sudestada conecta los puntos de su biografía, señalando un espacio al que dice que siempre tiene necesidad de volver.

Desterritorializados y reterritorializados, los fragmentos de un paisaje son ahora parte de la escenografía de otro. Cuando Veglio señala y recoge porciones de la costa, se lleva con ellas todos los sentidos que erosionaron y dejaron huella en esa porción de realidad: “la materia tiene una carga de información impresionante y es esa energía lo que me interesa cambiar de lugar. Trabajo mucho a partir del espacio, en este caso con el paisaje de Necochea, y me interesa ver qué pasa cuando la obra sale de un lugar y va a otro: del exterior al interior, o de una ciudad a otra”.

Esta acción en un espacio otro, de materia sensible, con características propias, forma parte de las intervenciones de la décimo segunda Semana del Arte de Rosario (12SAR16) y según su curador, Roberto Echen, la obra se inscribe en una propuesta que descentraliza y corre los bordes institucionales: “Semana del Arte siempre tiene que ver con el territorio, siempre tiene que ver con salir del lugar que sería, supuestamente, el lugar propio -en ese sentido sacralizado del arte, de las instituciones que son las típicas del arte- y esta obra de Alejandra -más que el objeto piedra o el video como objeto de arte- es el trayecto, es el recorrido y una desapropiación del lugar. Es un señalamiento de no pertenencia, es un señalamiento del extrañamiento de un lugar, es un señalamiento del desplazamiento y si el desplazamiento es físico evidentemente también lleva un desplazamiento de sentido”.

A las ocho de la mañana una retroexcavadora y un camión llegaron a la playa. Aprovechando la marea baja, trabajaron durante cuatro horas en la extracción de las piedras que había autorizado previamente la Dirección de Medio Ambiente de la Municipalidad de Necochea. Fue necesaria una hora más para llegar al depósito del transporte, bajarlas y acomodarlas a la espera del viaje a Rosario. El camión salió el miércoles al mediodía y recorrió 742 Kilómetros en veinticinco horas. Junto con las piedras viajaba una carga de “Riquito” los alfajores que se producen en Necochea desde 1948.

Un día lunar después un autoelevador bajaba las piedras en la explanada del CEC, frente al Río Paraná. La artista y el curador dudaron por un momento pero decidieron dejar los pallets como parte de la obra: “cuando vimos que bajaban dijimos: sí, esto es señalamiento, es señalar que acá hay una intrusión”, dice Echen, “estamos generando algo que es una especie de monumento apócrifo, una especie de restitución de un paisaje en otro paisaje porque estamos como re-armando algo que en algún momento fue paisaje de la costa de Necochea y lo estamos trasladando acá pero, a la vez, estamos mostrando que no”.

Para nada o porque sí Alejandra Veglio hace un despliegue de fuerzas posible e innecesario: “Me gusta esa idea de una inutilidad total. Voy a hacer la acción de romperlas durante la Semana del Arte entonces es hacer todo un traslado exagerado y dificultoso para que después terminen hechas polvo”. Para la artista la obra se inscribe en una tensión permanente entre la supervivencia y la desaparición. El sentido se completa o se desplaza en la destrucción. Paisaje, sepulcro, monumento apócrifo, señalamiento, acción. Sudestada trae consigo una pregunta ¿Qué se necesita para sobrevivir?[1]

[1] Las frases en cursiva son fragmentos del texto que acompaña la obra. La versión completa es la siguiente:

“Sudestada es un paisaje.
Una migración de intemperie a intemperie, una relocalización en busca de otra orilla.
¿Qué vinculaciones y sentidos se producirán en relación a otros cuerpos?
Esta acción en un espacio otro, de materia sensible, con características propias, se inscribe en una tensión permanente entre la supervivencia y la desaparición.

Sudestada no es más que un gesto inútil y desmesurado.
Hay lugares como sepulcros,
aun así no dejo de preguntarme.
¿Qué se necesita para sobrevivir?”

Bio: Clara Lopez Verrilli Nació en Junin (B) en 1987 y vive en Rosario desde 2006. Es Comunicadora Social y docente en la Universidad Nacional de Rosario. Escribe, produce y experimenta en torno a la realización audiovisual y sonora. Participa en proyectos de investigación, grupos de lectura y es miembro del Centro de Estudios Arte y Contemporaneidad.

Publicación: http://www.ramona.org.ar/node/61426

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